Curioso esto de las vacaciones de verano. Mientras disfrutas de ellas, aprovechas para replantearte tu vida, para qué dejarlo para Año Nuevo. Decides que, cuando vuelvas a trabajar, vas a dejar atrás las malas costumbres laborales, a tomarte el trabajo con otra perspectiva, más sana. Vas a hacer lo posible por "volver a empezar".
Bueno, pues parece que ha llegado el momento de verdad.
Dejo mi trabajo actual en Cyes, S.A. para incorporarme a las filas de Black María. Voy a retomar mi abandonada trayectoria, a volver a hacer lo que de verdad me gusta. Ya era hora.
Atrás se quedará la estabilidad económica a costa del estancamiento profesional, el timbrazo del teléfono que te hablará de problemas, ésto, ésto y ésto. Por delante, la presión de la fecha límite, la precariedad del contrato por obra, la fama y la fortuna. Si funciona, seré el más grande. Si no, legaré a mis hijos la amarga lección de Lo Que No Hay Que Hacer.
La suerte está echada.
Bueno, pues parece que ha llegado el momento de verdad.
Dejo mi trabajo actual en Cyes, S.A. para incorporarme a las filas de Black María. Voy a retomar mi abandonada trayectoria, a volver a hacer lo que de verdad me gusta. Ya era hora.
Atrás se quedará la estabilidad económica a costa del estancamiento profesional, el timbrazo del teléfono que te hablará de problemas, ésto, ésto y ésto. Por delante, la presión de la fecha límite, la precariedad del contrato por obra, la fama y la fortuna. Si funciona, seré el más grande. Si no, legaré a mis hijos la amarga lección de Lo Que No Hay Que Hacer.
La suerte está echada.